La oposición se ha mostrado indignada con la visita de presidente venezolano Hugo Chávez. Para los dirigentes de los principales partidos políticos de derecha (Alianza Liberal Nicaragüense y Partido Conservador) Chávez vino explícitamente a dar órdenes a Ortega sobre cómo debe encaminar su mandato presidencial.
Los dirigentes tienen la razón. Antes de la visita de Chávez, Ortega no había mostrado su lado antiimperialista en Nicaragua. Su visión había sido la de mostrar una imagen de estabilidad para contribuir a la llegada de mayor inversión del extranjero. Pero este domingo se destapó.
Públicamente confrontó al gobierno de los Estados Unidos por su gira latinoamericana y por una demanda que el gobierno nicaragüense interpuso por la intervención norteamericana en la guerra de los 80. Respaldó las ideas de Chávez de formar un bloque socialista latinoamericano y la emprendió también contra los organismos financieros multilaterales.
Ortega ha vuelto a poner a Nicaragua en el ojo de la tormenta con su discurso servil y oportunista. Ha apoyado a un ególatra en su afán por hacer lo que él cree es la única verdad. Pero poniendo en peligro a todo un país.
Pero lo más indignante, es que Ortega quiere pensar, hablar y decidir por el 62% de la población que no votó por él.
Los dirigentes tienen la razón. Antes de la visita de Chávez, Ortega no había mostrado su lado antiimperialista en Nicaragua. Su visión había sido la de mostrar una imagen de estabilidad para contribuir a la llegada de mayor inversión del extranjero. Pero este domingo se destapó.
Públicamente confrontó al gobierno de los Estados Unidos por su gira latinoamericana y por una demanda que el gobierno nicaragüense interpuso por la intervención norteamericana en la guerra de los 80. Respaldó las ideas de Chávez de formar un bloque socialista latinoamericano y la emprendió también contra los organismos financieros multilaterales.
Ortega ha vuelto a poner a Nicaragua en el ojo de la tormenta con su discurso servil y oportunista. Ha apoyado a un ególatra en su afán por hacer lo que él cree es la única verdad. Pero poniendo en peligro a todo un país.
Pero lo más indignante, es que Ortega quiere pensar, hablar y decidir por el 62% de la población que no votó por él.